Rumor eterno, tan viejo como la tierra el golpear de las olas, el viento y la flor, se repetirá por siempre, eco divino, esta pasión que vibra... ¡es el amor!
¡Vida...! ¿por qué tu rápido curso? Detente alguna vez a recordar las cosas buenas que siempre olvidas y no las malas que hacen llorar...
Pero detente ahora que ha llegado ella, rubí de mil destellos mi alma a iluminar,
como la primavera que esperan los jardines, espero que algún día tal vez me llegue a amar...
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