CONFESIONES DE UN MORIBUNDO
Sabes hoy me siento cansado, parece que se me fue el alma.
¿Que si luche?...claro hasta ahora lo estoy haciendo pero mi dolor viene de adentro.
Mi enfermedad...mi enfermedad no tiene cura, se llama soledad.
No tengo gente, no tengo sueños, solo silencio. Vivo oculto de mí mismo.
Ya no tengo deseos...ya no escribo versos. Vivo como nómada en el desierto.
Las estrellas no brillan, ni el sol me da calor... ¿la luna? la luna ya se escandio y el viento se tranquilizó.
Mi rio de agua brava desapareció.
Mi camino cada día se acorta se hace más estrecho sin flores en sus veredas ni siquiera cultivo un huerto.
Ya solo espero la muerte, quizá es lo que desea mi mente y mi cuerpo para librarse de este gran peso. Estoy herido...herido de muerte, a ti amada te espero,,, te espero donde esperan los muertos.
Lo difícil de todo esto es que no muero que en este halo de vida que queda en un suspiro llevo tu nombre.
Me arrebata en silencio...la dejadez de vivir ciento los deseos de ser piel de cebolla y ser arrastrado por el viento hasta
perderse en el universo. Que frase de amor puede resucitar a un muerto si ya no se escucha ni su lamento.
¿Que siento? dolor en el alma si quedara alma ¡o como explicarte lo que siento! cuando pones barreras y mi voz
no cruza el desierto.
¡Qué difícil es morir queriéndote como te quiero! Ni siquiera puedo morir en mis mares de lágrimas derramadas.
Me confieso...que lo sepa el mundo... que muero queriéndote... de testigos... mis versos.
Que quizás ya no broten porque están marchitos
Hannah Armando Flores
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