PECADO
Profunda tristeza con color de anhelo castigado
manifiesta el atroz desnudo del alma mía…
llena de otoños e inviernos, vacante de muertos,
disfrazada de esperanza…
¡Cruel descripción de conquistas radiantes!!!
Creer que andando y andando,
empañado por querencias lejanas,
estampar castigos se puede,
igual que fortunas, asombros o golpes…
¡Eco insensato de vestigios sin itinerario!
Así…en la densidad lívida del olvido,
mordió mi sueño su desleal amor,
fatigando con desdén las sienes del dolor…
anidando en luces de luna…
¡Los bosques más cansados de sus ojos!
Apelo al espejo fiel con espuma de confianza,
emitiendo claves y sonidos de verbos calientes…
consintiendo navegar en silencio en el pensamiento…
arraigando la soledad contra desengaños y adioses…
¡Pulsando los latidos del sosiego!
Digo, entonces, que en la batalla de los deseos…
no habrá ganador ni perdedor…
simplemente se refugiarán en los trenes de la noche,
para reverberar el aliento del sol…
¡Calzando la ribera irresistible del sueño!!!
Ay! Amor… amor…. dulce dolor…
tienes el paso confiado,
ocultas tu tersura en cerrado abanico…
y hasta con ganas mi voz lees…
obstruyendo mi entorno,
cercando mis pensamientos todos,
para con palidez inaudita me digas…
Que como amor… ¡Persigues tus batallas!
Emilio Glivel P. A.