por culpa de la lluvia - EL RECUERDO DE MI SUEÑO

Un día cualquiera, en una calle cualquiera, llovía a cántaros, yo caminaba sin prisa, sintiendo en mi cuerpo caer, fresca diría, casi fría, el agua, era como una bendición. La gente se protegía de la lluvia contra la pared, algunos reparos, yo sentía como que el mundo era solo mío. ¡Me pertenecía! ¡Disfrutaba de la misma! Yo pensaba... ¡¡¡Qué delicia, cuánto hacía que no caminaba bajo la lluvia!!! Desde niña recuerdo como disfrutada chapotear en medio del agua, descalza, y haciendo barquitos de papel, y siempre iba con un mensaje, que le pedía que llevara a alguien todos esos recuerdos. Recuerdos que me acompañaban mientras caminaba, no me di cuenta que ya no llovía más y no vi que la gente pasaba al lado mío, hasta que un joven me dice: ¡Cuidado señora, viene un coche! Reaccioné, lo mire a los ojos dándole las gracias y me preguntó: ¿¿Está bien usted?? Sí, le dije, él se ofreció a acompañarme, seguro, pensó, que yo no estaba bien. Le contesté: ¡¡Sí, encantada!! Íbamos en silencio en un momento siento que me toma del brazo, me sorprendió. ¡¡Lo miré con más profundidad! me dijo: Disculpe, me pareció que no se sentía… No terminó de decirme, nuestros ojos quedaron como hipnotizados. Llegué a mi casa, le agradecí, le tendí la mano en son de gracias, quedé con el brazo extendido, se acercó y me dio un beso y se fue. Esa noche no pude dormir, me desvelé, solo pensaba en el beso y los ojos del joven, me quedé dormida cuando ya estaba amaneciendo... No podía dejar de pensar en esos ojos y, todavía sentía el beso en mi mejilla ¿y saben qué? No me lavé el rostro del lado del beso… me dije: ¿¿Estás loca?? Quise volver a verlo, salía todos los días y, nada, caminaba, cada vez tenía más ganas de ver a ese joven, veía el rostro de él en todos los jóvenes. Entré a una cafetería, pedí un café, compré una revista, la estaba ojeando cuando de pronto, alguien se acerca, me dice: ¿Me puedo sentar?? Con asombro yo casi me desmayo, apenas dije: Sí... Pidió otro café y cambiamos palabras, a mí me latía el corazón a dociento x horas, me di cuenta que me gustaba más, estaba enamorada, él me miraba a los ojos, yo los bajaba, parecía una niña de quince años, me dije: No puede ser, yo soy casada; le pregunté la edad, me dijo 40, o 41 años, quise salir corriendo, pero algo me sujetaba no podía y usted me preguntó, primero le dije: Algunos más que tú; él me comentó que desde ese día no me pudo olvidar y que estaba enamorado de mí, quedamos en vernos, yo le dije que sí, pero no sabía si volvería, mi corazón me decía: Sííí. No, yo pensaba no, no debo, es muy joven, yo tengo 14 años más que él. Mañana cuando venga se lo diré, no sé que va a pasar, lo más doloroso es que yo lo he empezado a necesitar... que sea lo mejor para los dos… ¡¡¡y todo, por culpa de la lluvia!!!

autor: MS