Alabado sea Jesucristo…
Hoy, 31 de octubre, tal como ha venido ocurriendo en los últimos años, nos saturan con el tema Halloween…
¿Por qué los cristianos le decimos «no» a Halloween? ¡Justamente porque somos cristianos! Halloween es una antigua fiesta pagana en la que los druidas (sacerdotes de ídolos) iban de casa en casa recaudando dinero para el dios Samain. Cuando una casa rehusaba cooperar, los sacerdotes maldecían y echaban maleficios a sus habitantes.
Aun con el riesgo de pasar por retrógrados, ¿cómo no levantarnos vigorosamente contra lo que supera el marco de una simple fiesta? Lo que debemos transmitir a nuestros hijos es un mensaje de paz, de amor, de vida: la buena nueva de Dios para la salvación de los hombres.
Leemos en Deuteronomio 30, 19: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida”