que dirían los amantes
al callarse el resplandor
que los alumbrara antes,
cuando ellos, aunque dos,
sólo un alma muy flamante
conformaban ante Dios
con el corazón sangrante
e inflamado del candor,
de esa estrella rutilante,
fuego purificador
en la hoguera dominante
de los besos y el primor...
El abrazo que anhelante
anunciaba el ruiseñor
cuando ellos, los amantes,
adoraban al amor
como si fuera un diamante
de incalculable valor
y un aroma relevante
d/a
Presentado por:
Casimiro López Cano