Alabado sea Jesucristo…
Cada día es un tiempo de grandes posibilidades. Ante mí tengo muchas experiencias que me inspirarán en mi sendero ascendente de desarrollo y descubrimiento. Sabiendo esto, saludo con entusiasmo cada día con una actitud entusiasta de energía.
Cuando estoy entusiasmado, abrevo en una fuente de energía interior que promueve el cambio en mi cuerpo y en mi vida. La energía positiva generada por el entusiasmo mejora mi circulación y ayuda a devolver la salud a mi cuerpo. Me inspira alegría y la incita a expresarse.
El entusiasmo por la vida hace aflorar la belleza que en otros tiempos no supe ver. Me abre los ojos a la belleza de todos y de todo. Cuando encaro la vida con entusiasmo logro mis objetivos con facilidad y eficiencia.
Saludo a la vida con entusiasmo.