Sé que vendrá un día en que no veré más esta tierra. La vida se despedirá de mí en silencio y me echará la última cortina sobre los ojos.
Pero las estrellas velarán por la noche y se alzará la mañana como antes, y las horas se enchirán, como las olas de la mar, levantando dolores y placeres.
Cuando pienso en este último momento, se cae la valla de los instantes y veo, a la luz de la muerte, tu mundo, con sus tesoros indolentes. Imprecindible es el más pobre de sus asientos, inapreciable la más pequeña de sus vidas.
¡ Vállanse enhorabuena las cosas que anhelé en vano, las cosas que fueron mías; y que sólo posea yo de veras, lo que nunca quisieron ver mis ojos, lo que siempre desprecié !
Aquí os dejo las llaves de mi puerta; renuncio a todo derecho sobre mi casa. Sólo os pido buenas palabras de despedida. Vivimos mucho tiempo juntos, recibí más de lo que pude dar. Y ahora es de día y la lámpara que alunmbró mi rincón oscuro se ha apagado. Me llaman y estoy dispuesto para mi viaje. Me preguntais, que me llevo. Mis manos vacias y mi corazón lleno de esperanza.
Me pondré sólo mi traje nupcial, porque el vestido pardo del peregrino no es mío y aunque el camino sea peligroso,va sin temor mi pensamiento. Cuando mi viaje llegue a su fin, saldrá la estrella de la tarde y las melancólicas armonías del crepúsculo se abrirán tras el pórtico del Paraiso.Autoría: R.Tagore. Presentado por:_Casimiro López Cano_