Alabado sea Jesucristo…
Jesucristo es Rey por razones muy distintas a las políticas. Quiere reinar en los corazones para que los hombres se sientan hijos de Dios y hermanos entre si.
El Reino de Jesús no es una realidad política sino espiritual. Es la presencia de Dios en nosotros para liberarnos de todos los miedos y esclavitudes; para purificarnos de nuestros pecados, para hacernos ver la verdad, la bondad y la belleza del proyecto de Dios: establecer desde ahora, el Reino de la verdad y la vida, el Reino de la santidad y la gracia, el Reino de la justicia, el amor y la paz.
Este Reino ya está en medio de nosotros, como la semilla que crece silenciosamente. Lo construyen y expanden, día a día, todos los bautizados y todos los hombres de buena voluntad que se esfuerzan por anunciar y vivir la verdad, la justicia, el amor y la paz.
Señor Jesús, te proclamo Rey y Señor de mi vida. Te entrego mi mente y mi corazón para que ejerzas tu poder liberador. Reina en mi vida y en quienes me rodean, para que amemos y vivamos la justicia, el amor y la paz. Amén.
El Domingo