Alabado sea Jesucristo…
No te aferres al pasado ni a los recuerdos tristes. No abras la herida que ya cicatrizó. No revistas los dolores y sufrimientos antiguos. Lo que pasó, pasó...
De ahora en adelante, pon tus fuerzas en construir una vida nueva, orientada hacia lo alto, y camina de frente, sin mirar atrás.
Haz como el sol que nace cada día, sin pensar en la noche que pasó.
¡Vamos, levántate... porque la luz del sol está afuera!