Alabado sea Jesucristo…
En este día de la Fiesta de la Inmaculada Concepción de María, vamos a abrir la edición de “Pequeñas Semillitas” con palabras pronunciadas por el Beato Juan Pablo II para esta misma solemnidad, pero del año 1983:
“La fiesta que celebramos, queridísimos hermanos y hermanas, nos sitúa en presencia de la obra maestra realizada por Dios con la Redención. María Inmaculada es la criatura perfectamente rescatada: mientras todos los demás seres humanos son liberados del pecado, Ella fue preservada de él, por la gracia redentora de Cristo. La Inmaculada Concepción es un privilegio único que convenía a Aquella que estaba destinada a convertirse en la Madre del Salvador… Por esto María fue hecha Inmaculada: ni siquiera por un instante la rozó el pecado.
María no sólo recibió gracias; en Ella todo está dominado y dirigido por la gracia, desde el origen de su existencia. Ella no sólo ha sido preservada del pecado original, sino que ha recibido una perfección admirable de santidad… Con la Inmaculada Concepción fue decretada la victoria perfecta de la gracia divina en la mujer, como reacción contra la derrota sufrida por Eva en el pecado de los orígenes.
En María se realizó verdaderamente la obra de la reconciliación, porque recibió de Dios la plenitud de la gracia en virtud del sacrificio redentor de Cristo. María Inmaculada es la primera maravilla de la Redención”