Cuando decimos nacer a la vida, estamos afirmando que siempre se puede volver a empezar, no importa lo que a cada uno le toque experimentar, lo importante es tomar el aprendizaje que se ha presentado, porque la vida es eso justamente, una continuidad de cosas por aprender, y nosotros debemos estar atentos para que cuando ello llegue no bajemos los brazos, todo lo contrario, tengamos la fortaleza suficiente para saber de qué se trata y continuar en busca de algo más nuevo aún. Lo primero es preguntarse: ¿para qué me sucede ésto?, una vez que lo descubrimos hemos hecho la mitad del camino y es maravilloso recorrerlo con los ojos bien abiertos, puesto que vamos encontrando motivos para continuar. El camino no siempre resulta fácil, es más, nunca lo es. Pero si tomamos conciencia de estar recorriéndolo con profundo amor por nosotros mismos nos daremos cuenta que a su paso vamos encontrando lo simple y bello que nos rodea y que no siempre es reconocido. Aquí es donde nos detenemos un instante, el amor por nosotros mismos, lejos de pensar que es vanidad, sabemos que si no nos amamos no podremos brindar calidad de amor a los demás, y si no nos amamos nosotros mismos ¿quién lo hará?. Recordamos la frase de Jesús “Ama a tu prójimo, como a ti mismo” y ese es el primer gran aprendizaje, puesto que si no tenemos el amor y respeto por nuestro propio templo, que es nuestro cuerpo y alma, no podremos amar a nadie mas,,feliz viernes para todos un beso
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