Cuando sufrimos, ordinariamente, buscamos alivio y no curación.
¿Estás dispuesto a separarte de ese sufrimiento lo necesario para analizarlo y descubrir su origen? Quizás sea preferible dejar que sufras un poco más, hasta que te hartes y estés dispuesto a ver. O despiertas tú o la vida te despertará. ¿Quieres curarte el cáncer, o tomarte un analgésico para no sufrir? Cuando la gente se harta de sufrir es un buen momento para despertar.
Buda dice: "El mundo está lleno de dolor, que genera sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el deseo. Si quieres arrancarte esa clase de dolor, tendrás que arrancarte el deseo."
La base del sufrimiento es el apego, el deseo. En cuanto deseas una cosa compulsivamente y pones todas tus ansias de felicidad en ella, te expones a la desilusión de no conseguirla.
De no haber deseado tanto que tu amigo te acoja, te contemple y te tenga en cuenta; de no desearlo tanto, no te importaría su indiferencia ni su rechazo. Donde no hay deseo- apego no hay miedo, porque el miedo es la cara opuesta del deseo, inseparable de él.
Sin esta clase de deseos, nadie te puede intimidar, ni nadie te puede controlar o robar; porque, si no tienes deseos, no tienes miedo a que te quiten nada.
No hay pareja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre.
Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre vulnerable.
Anthony de Mello
|