AROMA DE MIL FLORES
Tiembla la hojarasca a la espera del amante, como tiembla el olmo en la tormenta con cada embestida de viento; tiembla impaciente pero de pie espera. Como huracán doblega mi encendido follaje, penetra, penetra con enormes raíces la espesura de mi ansiosa tierra sembrando gemas en el enigma de la noche. Satisfecho -hijo del viento- descansas. Duermes entre aroma de mil flores esperando que llegue el alba a despertarnos con el eco de nuestras cálidas tormentas.
Lina Zerón
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