Alabado sea Jesucristo…
Si queremos ser infantes en la vida espiritual tenemos que aprender a obedecer a Dios, tenemos que tratar siempre de hacer la voluntad de Dios, de lo contrario seríamos niños, sí, pero niños caprichosos y malcriados, que son insufribles para todos los que los rodean.
Deberemos acostumbrarnos a no hacer nuestra voluntad, sino la voluntad de Dios, que a cada momento se nos está manifestando, y que debemos seguir para santificarnos. Porque quien sigue su propia voluntad se hace discípulo de un tonto.
¿Qué diríamos de un niño que en un país desconocido quisiera andar por sí solo, caminar por su cuenta y hacer lo que le venga en gana? Diríamos que no llegará muy lejos, que antes o después tendrá muchos contratiempos que le harán perder salud, y quizás hasta la propia vida.
Pues bien, en la vida espiritual es más peligroso todavía el querer caminar por nosotros mismos, que somos pequeñuelos, porque corremos el riesgo de perdernos en este camino difícil de santificación, y terminar no perdiendo sólo la vida del cuerpo, sino lo que es más terrible, perdiendo también la vida del alma, la gracia de Dios, y al final caer en el abismo infernal.
Recordemos que el primer desobediente fue Lucifer, y veamos cómo le ha ido. No imitemos su proceder, y tratemos de ser niños sí, pero niños obedientes a Dios.
Sagrado Corazón de Jesús.Gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. Casimiro López