Se asocia al estrés y la fatiga,
también se relaciona con la toma estimulantes como el café o el tabaco...
Muchas veces desde fuera no nos lo notan,
y al mirarnos al espejo puede que ni siquiera veamos la contracción,
o bien como un leve temblor o palpitación en la piel.
Pero lo percibimos: como unos latidos, unas pequeñas “descargas de movimiento” del párpado,
que en ocasiones nos mueven el globo ocular y la imagen nos tiembla.
Aparece sin más, y de la misma forma se va. Suelen durar pocos minutos, a veces unos segundos.
Es frecuente que durante temporadas nos ocurra con frecuencia,
y luego pase tiempo sin que volvamos a tener otro episodio.
Si se usa un término más técnico,
hablaríamos de fasciculaciones del párpado o faciculaciones del orbicular del párpado,
y se trata de contracciones involuntarias de unas pocas fibras del músculo.
El orbicular del párpado es el responsable de cerrar el ojo y parpadear y está en el espesor de ambos párpados.
Cuando tiene fasciculaciones, se contraen de forma involuntaria algunas fibras musculares.
No se trata de una contracción coordinada y simultánea, así que el párpado no se cierra, no es un movimiento eficaz
. Sin embargo lo notamos.
Hay fasciculaciones en otros músculos, en particular en la cara aunque puede ocurrir en casi cualquier sitio.
También se denomina mioquimia, aunque ese término suele utilizarse para desórdenes musculares más intensos.
Hoy hablamos de las fasciculaciones simples,
ese pequeño temblor que puede molestar, pero no impide la visión.
Hay contracciones más severas como tics, blefarospasmos, etc, bastante más molestos.
Sin embargo, lo más frecuente con mucho son las fasciculaciones,
que se consideran benignas y no requieren pruebas neurológicas.
No requiere tratamiento. Muchas veces se asocia al estrés y la fatiga
, también se ha querido relacionar con la toma estimulantes como el café o el tabaco.
Realmente no guardan relación con el ojo.
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