La importancia de tomar decisiones
Imagínense por un instante que están de excursión por el monte y cogen por un sendero que creen que es el que les lleva de vuelta a casa. Todo correcto hasta que una parte de la ruta se bifurca hacia la derecha, y otra hacia la izquierda. ¿Difícil decisión, verdad? Y más desconociendo qué nos va a deparar cada ruta. Quizás la primera de ellas sea un “camino de rosas” donde no haya apenas desniveles o animales peligrosos. Sin embargo, en la del otro lado nos pueden esperar todo tipo de amenazas y contratiempos. O viceversa…
También está la decisión de acampar, descansar y
decidir al día siguiente. Sin embargo, se antoja necesario tomar una decisión… Y da igual cuál sea, porque
antes o después habrá que volver a casa. ¿Y a qué quiero llegar con todo esto? Pues que este ejemplo que acabo de exponer, es fácilmente aplicable a nuestras vidas, en las que la mayoría de las alternativas en las decisiones que tomamos tienen un grado mayor o menor de incertidumbre.
Sin embargo, esta es una situación que servirá
para hacernos más fuertes emocionalmente.
Más autoestima
Tomar una decisión no es algo fácil para nadie. Habrá momentos en que
nos equivoquemos y otros que acertemos. Sin embargo, sea cual sea lo que finalmente elijamos, esta será una situación que nos
servirá para aprender, reflexionar, y descubrir cuáles son nuestros errores. De esta forma, para la próxima ocasión, será más sencillo tomar la decisión correcta y nos daremos cuenta que somos nosotros mismos los que llevamos las riendas de nuestra vida y no al revés.
Saldremos de la rutina y la desidia
Como he explicado al principio, uno siempre puede tomar la decisión de
quedarse parado y “no hacer nada”, pero antes o después se antoja necesario actuar. Sin embargo, con esto lo único que se consigue es dejarnos llevar por nuestra vida, donde todo se hace cómodo y donde siempre
elegimos la decisión que nos produce un placer inmediato sin pensar en sus posibles consecuencias. Por ello, ante cualquier situación adversa, siempre es bueno pararse y pensar en todo lo bueno (o malo) que nos puede aportar esa decisión. Repito, da igual que se equivoquen, porque
el “no” ya lo tienen de “fábrica”.
La vida nos puede deparar muchas sorpresas
Da igual la edad que se tenga, que decidir es siempre una situación incómoda, ya que según lo que elijamos
nuestra vida quedará marcada de una forma u otra. Sin embargo, tómate esta situación como algo novedoso, como una forma de cambiar esa vida tan aburrida que llevas. Y quién sabe, quizás
en un futuro esa decisión puede revolucionarte tanto en términos emocionales, como profesionales. Todo esto se puede decir en la mítica frase que dijo Forrest Gump una vez.
“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar”.