Diminuta burbuja de aire
que conlleva un suspiro
y que tal pétalo deshoja
por los jardines de armiño.
Los vendavales del silencio
que habla mudo en las sombras
de los ecos,
simulan pequeñas barcas
naufragadas en silicio.
Y los ojos persiguen barricadas
de murmullos
que se hacen sonoros en los
charcos
con el croar de los sapos.
La tarde cae anochecida
mientras el alba tiembla…
Vendrán los primeros aurores
y sera clamor naciente de
un tiempo que debiera quedar
suspendido…
Pues se nos va la vida, sin
poder recular hacia otros
vórtices
y son remadas de auxilio las
que exhalan…
nuestros gritos, que no quieren
morir, ¡tras el minuto...
perdido!
AUTORA:
FILOMENA MARTURANO
Derechos Reservados.