Alabado sea Jesucristo…
Conocer no es únicamente “saber”, si este saber significa solamente “tener conocimientos”. ¿Cómo conocer a alguien –cómo conocer a Jesús- si no es a través de la relación y el trato?
Conocer
es el conocimiento verdadero hecho de contacto, comunión y compañía. Y
ése es también el auténtico saber, que no consiste meramente en tener
información sobre algo. Así quiero conocer a Jesús y saberle, de modo
que mi vida sepa más a Jesús y Jesús me sepa enteramente a Dios.
José Arregi
¡Buenos días!
Sé luz en el mundo
El
Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu
alrededor, con el ejemplo y con la palabra. Jesús te anima a hacer
brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti (Mateo 5,
13-15). Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos
importantes aunque parezcan restringidas. Dios ha dispuesto que las
almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas.
Si puedes ser una estrella en el cielo, sé una estrella en el cielo.
Si no puedes ser una estrella en el cielo, sé una hoguera en la montaña.
Si no puedes ser una hoguera en la montaña, sé una lámpara en tu casa.
Esto
me hace recordar un aviso para cierta celebración, cuya ambigüedad
hizo sonreír a todos los presentes: “El párroco encenderá su vela en la
del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego
encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila”. Ojalá que
todos fuéramos antorchas vivientes de Cristo Jesús “luz del mundo”, para
iluminar a tantos que todavía “yacen en tinieblas y en sombras de
muerte”. Que Dios, que “es luz y en quien no hay tiniebla alguna”, te
bendiga e impulse a tu misión.