
La carta que nunca entregaré
La carta que nunca entregaré sin reproches, sin mentiras... Siempre te amaré.
Hoy me siento triste porque no estás a mi lado porque tu silueta se desvaneció todo lo que me diste, te lo has llevado. Contigo todo se convirtió en amor y dime tu ¿que queda en este pobre corazón? Sin deseos de amar y con un puño de rencor.
Recuerdo aun tu mirada y la fuerza con la que tus labios se fundían con los míos en una intensa llamarada que parecía no tener fin porque el tiempo se detenía, nada pasaba besándote porque contigo si sentía y contigo quería vivir.
Que raro se escucha hablar en pasado si apenas ayer hablábamos en presente en el futuro pensábamos caminar contra corriente enfrentándonos a todo por defender nuestro amor.
No logro entender tu desdén no comprendo tu falsedad si tan solo entendieras que te amo de verdad que te toleré tantas mentiras sin saber, que a ti nunca te importé que como es costumbre para ti fui un objeto mas que te hacia feliz con el que te divertías hasta morir del que te burlabas sin fingir sin imaginar que tu no me preferías a mi que era otro tu sentir.
A mi me enseñaron a amar y a ti a disfrutar que distintos somos en nuestra ideología por vivir.
Pero veme aquí de pie nuevamente como una guerrera que puede luchar, amar y llorar por alguien que si lo merezca mas fuerte que nunca mas mujer que ayer haciendo lo que se me ofrezca sin preguntas ni porque’s amándome, valorándome y haciendo lo mas importante respetándome como tu nunca supiste amar, valorar y respetar.
Que difícil es, decirte lo que siento que difícil es ahogar este sentimiento que me calcina día a día por dentro por que para mi alma tu ya estás muerto.

|