Llueve en el alma de un hombre, que Amo hasta entregar su vida y le devolvieron jirones de un corazón, sin cuidar y desolado. Sus ojos posados en la nada, ansían un abrazo , que lo contenga. Hombre que se siente niño, sin amparo, pues dio todo de sí y no se guardo nada. Mira al cielo buscando un consuelo y en su mano su corazón sangra, vuelve a sollozar y abatido se duerme, no queriendo volver a despertar mañana.
Alex. Gracias por compartir tus sabias letras, con este precioso poema de Teresa Suarez y por tu ingente gestión en nuestra página y tambien por la leal e incondicional amistad que -virtualmente- compartimos. Un abrazo.