Una dulce melodía de Amor.
Unas manos suaves pueden acariciar y dar calor, pero ser ajenas. Unos labios pueden besar y lograr estremecer, pero no ser deseados. Unos brazos pueden envolver un cuerpo, en un gran abrazo, pero no dar calor. Una mirada puede desnudar el alma, pero no entrar en ella. Solo puede lograrse cuando, en el mismo renglón de alguna hoja, en el pentagrama de la vida, se encuentran dos notas; que aunque disonantes, marcan un mismo compás. Sin distancias, sin apegos, sin miedos. Con la alegría de querer compartir y lograr una dulce música que acompañe, la senda de cada uno, haciéndola una. Entonces, manos, labios, brazos y miradas, se entrelazan en un verso de Amor, regalado al corazón y unido en un mismo cielo. Siéntelo por favor cuando llegue a ti… Quizás no lo haga dos veces. Atrévete a entregar tu melodía… Dulce sinfonía que guardas por Amor.
Teresa Ema Suárez. |