Vivir El Momento Presente
¿Qué alimenta nuestros pensamientos?
¿Los remordimientos sobre el pasado? ¿La expectativa
ansiosa del futuro? ¿La esperanza de días más
favorables? ¿El miedo secreto de que una desgracia podría
destruir nuestra tranquilidad y nuestros proyectos? El Señor
nos pide terminantemente que vivamos con él el momento
presente.
El libro del Eclesiastés nos recuerda que la
vida efectivamente está constituida de diversos
acontecimientos que se suceden unos a otros, trayendo a cada
momento su parte de alegría o tristeza, de trabajo o
descanso La vida es así, y nuestros lamentos o
inquietudes no pueden cambiar nada.
Pero el creyente no se detiene en esta
constatación que fácilmente podría generar el
fatalismo. En efecto, está en contacto con una Persona viva
que lo ama, y a quien cada uno puede conocer y amar desde ahora.
Dios dirige las circunstancias de la vida.
Éstas cambian, pero él no. Si nos va bien en todo,
apreciemos lo que Dios nos da y démosle las gracias.
¿Estamos preocupados? Confiemos en ese Dios de amor que
siempre está ahí, dirigiendo todo.
No vivamos en el ayer o en el mañana.
Nuestra relación con Dios no es un sueño de lo que
habría podido ser o de lo que podría suceder, sino una
relación viva, de confianza, alegre y actual.
Con Cariño Y Mucho Amor!!
Carlitos