Amigo:
Es tan triste esta maldita enfermedad, porque no importa edad ni condición social, lamento mucho mi querido amigo tus perdidas, porque nada llena ese vació que deja la ausencia.
En este año una amiga y una compañera enfermaron, mi amiga venció, pero mi compañera no, y es triste pasar por su lugar de trabajo y recordarla.
A veces soy medio bromista, una mañana pasé por su lugar y le digo "buenos días" a lo cual ella responde, "buenos días señorita", me regreso y le vuelvo a decir "buenos días", ella se rió y me contesto "buenos días señorita" y nos reímos las dos, porque ella sabía que yo me regrese para que me dijera "señorita".
Son recuerdos alegres y tristes a la vez.
Atlántida