Alabado sea Jesucristo…
La creciente precariedad laboral, unida al aumento de la desocupación y a la consecuente necesidad de traslados siempre más largos para trabajar, ha descargado pesadas realidades sobre la familia, produciendo, entre otras cosas, un enfriamiento en las relaciones, un progresivo aislamiento de las personas con consecuencias en el crecimiento de la ansiedad.
En diálogo con el Estado y los entes públicos oficiales, se espera por parte de la Iglesia una acción de sostenimiento concreto para un empleo digno, para salarios justos, para una política fiscal a favor de la familia, así también la implementación de un subsidio para las familias y los hijos. Se señala, a propósito, la frecuente falta de leyes que tutelen a la familia en el ámbito del trabajo y en particular a la mujer madre trabajadora. Se constata, además, que el ámbito del apoyo y el compromiso civil a favor de la familia es un ámbito en el cual la acción común, tanto como la creación de redes organizadas que tengan objetivos similares es aconsejable y fructuosa.
Sínodo de la Familia, Instrumentum laboris 70-71
¡Buenos días!
El Señor hizo maravillas
La naturaleza nos ayuda a entrar en nosotros mismos. Se trata de sentir y admirar lo que perciben tus sentidos: formas, colores, perfumes, sonidos… déjate envolver por el viento, el sol, el paisaje; pisa la arena, moja los pies en el arroyo… Es un camino fácil para recogerse interiormente, percibir la presencia de Dios y comunicarse con él.
V. Bendito el Señor, ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor, ahora y por siempre.
V. Sólo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor, ahora y por siempre.
“Cuántas son tus obras, Señor. Y todas las hiciste con sabiduría. Obras del Señor, bendigan al Señor, alábenlo con himnos por los siglos. Tus acciones, Señor son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios. ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!” (Salmos).
Enviado por el P. Natalio
Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López