-Maestro, ¿como consigues estar siempre tan alegre y contento?
El maestro le respondió:
-Querido discípulo no hay grandes secretos para eso.
Cada mañana, cuando me despierto me hago la misma pregunta.
¿Que elijo hoy, estar alegre o estar triste?
Y siempre, hijo mio,
escojo la alegría.
|