Después de haber repasado los
"qué hubiera pasado si"
y los "por qué", quizás aprendamos una lección valiosa.
Y descubramos que si bien fue doloroso,
crecimos por la experiencia. Aprender a dejar ir las cosas,
en vez de preocuparnos por lo que pudo haber sido,
con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.
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