Aprended a no contar con nada ni con nadie, ni con vuestra
familia, ni con vuestros amigos, ni siquiera con el Señor, sí,
¡ni siquiera con el Señor!... sino sólo con vuestro trabajo.
¿Por qué? Porque gracias a vuestro trabajo podréis contar
después con el universo entero.
Cuando el campesino ha sembrado
su campo, puede contar con el sol, con la lluvia, con el rocío,
porque éstos van a contribuir a hacer crecer las semillas.
Pero si no ha sembrado nada, es inútil que cuente con nada ni con
nadie.
Ni siquiera el Señor quiere que contemos mucho con Él.
Y no le digáis que la religión os ha enseñado a dirigiros a Él cada
vez que tenéis necesidades, porque os responderá:
Los que te han enseñado son unos ignorantes porque no te han prevenido de
que las leyes del mundo espiritual son idénticas a las del mundo
físico.
Yo no puedo modificar estas leyes para complacer a los
perezosos. Si quieres que venga a ayudarte, empieza tú a
trabajar.
Somos nosotros, pues, quienes debemos hacer primero
algo para desencadenar los procesos psíquicos y espirituales que
van a permitirnos realizar nuestros mejores proyectos.
Omraam Mikhaël Aïvanhov