Oh, templo augusto del amor! Tu nombre es emblema de paz y de consuelo. Eres luz en la tierra y en el cielo, vida y calor y aliento para el hombre.
Arbol eres munífico y fecundo que sólo vive para dar la vida; hasta del mismo Dios fuiste escogida para encarnar al Redentor del mundo.
Sin ti la Creación no comprendiera por qué eres alma, corazón y esencia, fuerza y virtud. La humanidad entera
debe llevar muy honda en la conciencia que sin tu amor, oh madre, no pudiera con el peso fatal de la existencia.
Marco A.Ferrer - Poeta Colombiano
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