Muchas veces decimos que estamos en este mundo para cumplir
una misión en la vida, pero no todos estan concientes de cual
es la misión que deben llevar a cabo en el lapso de tiempo
en que nos ha tocado jugar en el mundo de las luces y las sombras.
Entre estas sombras y entre estas luces tenemos la capacidad
de encender nuestras propias luces y apagar otras.
Esa capacidad nos lleva a encender luces que alumbran
sectores de la vida que tal vez puedan parecernos dificiles o imposibles,
luces que alumbran capacidades nuevas o que nos permiten experimentar
momentos de relativa intensidad para extraer de ello el valor
de la experiencia para enriquecimiento de la conciencia.
Otras veces apagamos luces y volvemos a momentos de oscuridad.
Cuando hacemos algo para herir u ofender a otros, estamos, sabiendolo
o no sabiendolo, apagando una luz o por lo menos hemos intentado
apagar una luz. Esa oscuridad nos lleva a una oportunidad de reflexion
que no siempre es bien aprovechada y no siempre es reconocida
como tal sino que por el impulso de la vida cotidiana la pasamos de largo,
sin darnos cuenta que estamos perdiendo un momento de crecimiento interior.
Cuando Dios creó el universo, hizo todo al instante, creo todas las
dimensiones y todos los tiempos. Creemos estar construyendo
el tiempo, sin embargo el tiempo que pensamos que construimos
ya ha sido construido y las posibilidades de optar por un camino
o por otro tambien ha sido construido y responde a otras dimensiones
donde tambien estamos viviendo esas posibilidades, porque
el universo entero fue encendido con todas las luces y todas las oscuridades
al mismo momento de nacer. Vivimos en una dimensión en un espacio
y en un tiempo, pero tambien es posible vivir en otra dimension y en otro tiempo.
Es posible llegar a otro tiempo donde se vive en otro espacio,
solo basta el empuje de la conciencia y la fuerza del universo.
Nos acotamos al aqui y ahora porque es la manera mas facil de vivir
la vida que transcurre de acuerdo a las normas preestablecidas por los seres
humanos que nos precedieron, pero en nuestro mundo interior,
en nuestro rincon de la mente solitaria sabemos bien lo que deseamos
y lo que queremos para nuestra vida. Muchas veces el deseo nos lleva
a vivir situaciones complejas porque las relaciones humanas son como redes
que se interponen y superponen y para llevar adelante nuestros
deseos debemos desenredar los hilos que nos atan o nos desvian
de aquello que queremos. Esos enredos pueden convertirse en errores
que harán que perdamos el tiempo en cosas que despues reconocemos
como experiencia que nos aporto algo o que no nos aporto nada.
Sin embargo, todo aporta algo para el enriquecimiento de nuestra
conciencia y la conciencia universal. Alli se enciende una luz.
Cuando Nietzche hablo del eterno retorno, tenia razón, pero esa razon
no abarcaba toda la razón, porque él solo vio una parte.
Cuando Jesús nos hablo del paraiso y del cielo tambien tenía razón
porque nos prometia el cielo del no tiempo, del abrazo en Dios
y la posibilidad del fin del sufrir. Cuando los maestros orientales hablan
de la reencarnación tambien tienen razón porque esa posibilidad solo es
prerrogativa de Dios y esta en su voluntad de permitirla o no. Los tiempos
estan siempre disponibles en el devenir del universo entero con todas
sus dimensiones. Si un alma se reencarna puede hacerlo en el tiempo
donde la posibilidad de purgar sus deudas este disponible de manera
que le sea eficaz para su conciencia, por lo tanto puede reencarnar
en cualquier tiempo pasado o futuro porque el pasado y
el futuro estan existiendo a pesar de nuestro presente.
Pasamos por la vida con innumerables motivos de experimentar las
cosas del mundo social, intelectual, material, físico, biologico, sentimental,
y miles de etceteras, y alli al final del tunel sabemos que algo nos espera.
Eso que nos espera no es otra cosa que la dimension del no tiempo,
alli se acaba el tiempo y el regreso es con Dios, el Inmutable,
el Eterno, el Absoluto que da vida a todo lo relativo que experimentamos
en el mundo de las luces y las sombras. Y nuestro transito por la vida
en esta dimensión es la gran oportunidad de ver y reveer todas aquellas
cosas para las cuales encendemos una luz o buscamos una sombra.
Y entre la luz y la sombra surgen los colores de la vida que nos ayudan a
ejercer el poder del sentimiento para crear nuevas redes que nos guian
en la busqueda de una mejor posición para engrandecer a la conciencia de la cual formamos
parte y a la que debemos responder cuando la unica pregunta nos llegue en forma de silencio.
Miguel Angel Arcel