Una joven discutía acaloradamente con su
padre y defendía sus derechos de asistir a
una fiesta popular, un lugar donde se reunían
personas de no muy buena reputación.
El padre le daba razones contundentes,
pero la joven se resistía a aceptarlas.
Inesperadamente, la discusión cambió de
giro y el padre la invitó a bajar juntos al
sótano donde había mucho polvo y se
guardaba carbón, pero que lo hiciera con un
vestido blanco y que solo de esa forma
Ante la propuesta de su padre, la joven
replicó que si podía bajar, pero no con el traje
blanco, pues se le iba a ensuciar.
"Ves hija mía, dijo el padre con voz amorosa,
nada impide que puedas bajar al sótano con
un traje blanco, pero si hay mucho que
impida que puedas subir con el mismo color.
De la misma manera, nada impide que asistas
a ese sitio que deseas ir; pero ten por cierto que
no regresarás la misma, algo de lo que es tuyo
se perderá allí".
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