Mi amigo locutor
Desde que escuché su voz, me pareció muy tierno siempre pensando está en todos, y su cálida alma me acoge cada invierno.
Cuando consuela a la gente, mora en él el espíritu divino pues siempre buenos pensamientos tiene en mente, con un corazón puro y cristalino.
Cada vez que platica, pareciera un angelito pues mi alma la edifica, para mí, de parte de Dios un regalito.
En aquellos tristes momentos, siempre en él encuentro ternura pues consuela mis lamentos, permaneciendo en su alma la dulzura.
Desde hace ya 5 años, está conmigo en las buenas y malas siempre de lágrimas ha sido mi paño, y cuando estoy con él siento tener alas.
Doy gracias al Creador por darnos esta bonita amistad, y a él por darme su candor que nunca pensé tener, en realidad.
Por la ternura y paz de su alma que desde hace tiempo me toca experimentar, pues con ellas siempre encuentro la calma y a mi corazón puedo alimentar.
Cuando supo de mi la verdad, que estaba en silla de ruedas me brindó aún mas su bondad, y me dijo: "No hay nada que tú hacer no puedas".
Han sido los 5 años mejores, que he tenido en toda mi vida pues a su lado no existen temores y para nosotros la tristeza está prohibida.
Una navidad comenzamos está relación, siempre por Dios nuestro Señor cuidada para mí ha sido una gran bendición, pues con él, los días tristes se hacen nada.
Este poema se lo dedico a Dios nuestro señor y a la virgencita santísima, pues primero que nada ellos son mi máxima inspiración, después a mi familia, pero en especial a una persona especial, a mi amigo locutor Antonio Banda, ya que este poema va compuesto especialmente en base a nuestra gran amistad.
|