La Clave para Vivir en Equilibrio
Nada de culpa, nada de arrepentimiento.
En cuanto recuerdes que has olvidado lo que estabas haciendo, simplemente vuelve a ello.
Simplemente regresa y empieza a trabajar de nuevo y no te eches a llorar por la leche derramada,
que eso es una estupidez. Te llevará tiempo;
pero poco a poco te darás cuenta de que te vas manteniendo alerta durante períodos más largos,
que pueden durante un minuto entero o tal vez dos minutos.
Y es tal la alegría, de haber estado consciente durante dos minutos...
Pero no te quedes atrapado en la alegría, no pienses que has llegado a alguna parte.
Eso se convertiría en una barrera.
Es la pauta típica cuando uno se ha perdido: Avanzas un poco, y te crees que has llegado a casa.
Sigue trabajando poco a poco, con paciencia.
No hay prisa, tienes toda la eternidad a tu disposición.
No trates de ganar velocidad. La impaciencia, no te servirá de nada.
La conciencia no es como las flores estacionales; que crecen en seis semanas y después, desaparecen.
La conciencia es como los cedros del Líbano, que tardan siglos en crecer;
pero duran miles de años y se alzan hacia el cielo a alturas de cincuenta, de sesenta metros.
La conciencia crece muy despacio, pero crece.
Sólo hay que tener paciencia. A medida que crece,
empezarás a sentir muchas cosas que no habías sentido nunca.
Por ejemplo, empezarás a sentir que llevas en tu cuerpo demasiadas tensiones de las que nunca te habías dado cuenta,
porque son tensiones sutiles.
Ahora que tu conciencia está ahí, puedes sentir esas tensiones tan sutiles, tan delicadas.
Así pues, cada vez que sientas una tensión en el cuerpo, relaja esa parte.
Si todo tu cuerpo está relajado, tu conciencia crecerá más deprisa, porque esas tensiones son impedimentos.
A medida que tu conciencia crece aún más,
te sorprenderá descubrir que no sólo sueñas cuando estás dormido;
hay una corriente subterránea de sueños incluso cuando estás despierto.
Discurre por debajo de tu estado de vigilia.
Cierra los ojos un momento y verás pasar algún sueño, como una nube por el cielo.
Pero sólo cuando te haces un poco más consciente,
es posible ver que cuando estás despierto no estás verdaderamente despierto.
El sueño está flotando ahí... la gente lo llama «soñar despierto».
Si se relajan un momento en su butaca y cierran los ojos, el sueño se impone inmediatamente.
Empiezan a pensar que han sido elegidos presidentes del país, o que están haciendo grandes obras...
o cualquier otra cosa que en el mismo momento de soñarla se sabe que es un absurdo.
No eres presidente del país; pero aun así, el sueño tiene algo que le hace continuar a pesar de ti.
La conciencia te hará consciente de las capas de sueños en tu estado de vigilia.
Y ésos sueños empezarán a dispersarse,
como cuando llevas una luz a una habitación oscura y la oscuridad empieza a desaparecer.
Osho
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