La ausencia de amor en la casa de los niños
los vuelve apagados y poco amorosos.
Su primera lección de la vida la aprenden de sus padres,
y si los padres no son amorosos, y hay celos y luchas y enfados
continuos, los niños solo ven la cara fea de sus padres.
Así se destruye su esperanza.
No pueden creer que el amor vaya a suceder en su vida
si no ha sucedido en la vida de sus padres.
Y ven también a otros padres, a otras familias.
Los niños son muy perceptivos; miran continuamente a
su alrededor y observan. Cuando ven que no hay posibilidad
de amor, empiezan a pensar que el amor sólo existe en la
poesía, sólo existe para los poetas, los visionarios, no existe
realmente en la vida.
Y una vez que has aprendido la idea de que el amor es
sólo poesía, nunca sucederá, porque te has cerrado a él.
Verlo suceder es la única forma de dejar que te suceda más
adelante en tu propia vida.
Si ves que tu padre y tu madre comparten un profundo
amor, un gran amor, que cuidan el uno del otro, que son
compasivos el uno con el otro, que se respetan,
entonces has visto suceder el amor.
Así surge la esperanza. Cae una semilla en tu corazón
y empieza a crecer. Sabes que tambien te va a suceder a ti.
Si no lo has visto ¿Cómo vas a creer que te va a suceder a tí también?
Si no les sucedió a tus padres ¿Cómo te va a suceder a tí?
De hecho, harás todo lo posible para evitar que te suceda;
de otra forma, parecerá como una imitación a tus padres.
Esto es lo que he observado en la gente: las mujeres siguen
diciendo en lo profundo de su inconsciente:
"mira mamá, estoy sufriendo tanto como tú".
Los muchachos siguen diciendose a sí mismos más adelante:
"Papá, no te preocupes, mi vida es tan desdichada como la tuya.
No te he superado, no te he traicionado. Sigo siendo la misma
persona desdichada que eras tú. Llevo la cadena, la tradición.
Soy tu representante, papá, no te he traicionado.
Mira, estoy haciendo lo mismo que tú solías hacer con
mi madre, se lo estoy haciendo a la madre de mis hijos.
Y lo que solías hacerme a mi, se lo estoy haciendo a mis hijos.
Los estoy criando como tú me criaste a mi"
Pero la idea misma de criar a los niños es una tontería.
Como mucho, puedes ayudar, pero no puedes criarlos.
La idea misma de formar a los niños es una tontería, no sólo
una tontería, es muy dañina, inmensamente dañina.
No puedes formar... Un niño no es una cosa,
no es algo que se pueda formar.
Un niño es como un árbol. Sí, le puedes ayudar.
Puedes preparar el terreno, puedes poner fertilizantes,
puedes regar, puedes ver si el Sol llega a la planta o no,
eso es todo. Pero no es que tú estés criando a la planta, está
brotando por sí misma. Puedes ayudarla, no
puedes cuidarla y no puedes formarla.
Los niños son misterios inmensos.
En cuanto empiezas a formarlos, en cuanto empiezas a
crear patrones y un carácter en torno a ellos, los estás aprisionando.
Nunca podrán perdonarte. Y eso será lo único que aprenderán.
Y harán lo mismo con sus hijos, y así sucesivamente.
Cada generación continúa dando sus neurosis a la gente nueva
que llega a la Tierra. Y la sociedad persiste
con toda su locura, su sufrimiento.
Los niños observan siempre lo que está pasando. ¿es esto la vida?
¿para esto se supone que es la vida? ¿esto es todo lo que hay?
Empiezan a perder la esperanza.
Antes de entrar en la vida ya son unos fracasados, han
aceptado el fracaso. Si sus padres, que son tan listos
y poderosos, no pueden triunfar,
¿qué esperanza les queda a ellos? Es imposible.
Y han aprendido los trucos, trucos para ser desdichados, trucos
para ser agresivos. Los niños nunca ven que suceda el amor.
El amor debería salir un poco más a la luz. La gente debería saber
que el amor sucede. Los niños pequeños deberían saber qué es el amor.
Deberían ver a gente siendo cariñosa....
Habría que aceptar más el amor y rechazar más la violencia.
El amor debería ser más asequible. El amor debería
ser un gran don. El amor debería ser algo divino.
Es sagrado. La vida puede volverse un paraíso
aquí y ahora. Hay que quitar las barreras.
Osho