DESDE MUY LEJOS...
Desde lejos,
desde muy lejos,
y a escondidas...
la admiraba;
máxime cuando ante Dios
se arrodillaba
y se postraba.
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Yo, Simbad
el capitán osado
que a todos los mares
he atravesado
y a sus grandes olas
y maremotos
he dominado
con o sin su agrado
todas las sirenas
locamente me han
amado.
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Cuando desaparece
el frío de las nieves
del cruel y necesario invierno.
Apareceres tú, dulce
resplandeciente primavera florida,
dando vida a los pájaros
y su música añorada y querida
que junto con el perfume más la fragacia de las flores
a todo en este mundo alteras.
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