Dudas y miedos me exaltaban esperando hacer algo que tal vez no deseaba, quería conocerlo, estar con él, saber si realmente podía hacerlo, traspasar la barrera que tanto temía, por eso acudo todos los días aquí, a la orilla del mar esperando la respuesta, tu respuesta.
Mis deseos me lanzan, mí curiosidad me mueve, quiero saber, conocer algo más, mi mente es un torbellino de dudas y sentimientos. ¿Donde estas? necesito tu respuestas.
Lo conozco hace tiempo, y me resulta ahora extraño, sus caricias hasta ahora fueron lejanas, su besos son fríos en la distancia, por eso quiero traspasar esa barrera, sentir el calor de ellos, el tacto de su piel sobre mí, sentirme querida tal vez, necesitada de placer, de dar mis deseos tanto tiempo ocultos en la espera de este tiempo, ¿donde estas?
El mar me devuelve con su brisa un soplo que me hiela, esperando tal vez las respuestas. Faltan pocos días para conocerlo, tenerlo cerca de mí, poder sentir sus apasionados besos que tanto me prometió, el conocer algo nuevo, distinto. Quiero tocar su pelo, sentir en mis dedos la dulzura de su cuerpo, poder traspasar un limite que jamás me había propuesto y ahora creía necesario, sentir el placer de su llama, ser suya y darle algo que hasta ahora no le pertenecía mas que a ti, todos los días me acerco aquí, y solo oigo el ruido del mar, tal vez ni tan siquiera quiera escucharte.
Se acerca el día, y mis deseos van en aumento. Imagino, siento, se que será algo diferente, nuevo, algo pasado ya una vez pero a la vez innovador y tal vez un peligroso juego, tal vez sea eso, la novedad de recordar algo ya pasado. Quiero tenerlo, recrearme como mujer, sentir de nuevo la juventud, dar mis caricias y besos, regalarlos con placer, me espera mi día, quiero llenarle de mi estado de excitación, que sienta a esta mujer joven ahora en sus deseos, sentir su cuerpo desnudo encima mía, volver a ser una chiquilla con la experiencia de una mujer.
Volví a la orilla de mar, quería tu respuesta, y el mar estaba en calma, no había viento ni oleajes, todo estaba en calma, no sentía pero quería oírte, el tiempo se acaba y el deseo es cada vez mayor, ¿donde estas?
No se de donde salio aquella ola que me empapo de ti completamente, todo estaba en calma, solo un soplo de brisa fue suficiente para llegar hasta mí.
Recordé en aquel momento el aroma del mar, recordé los besos apasionados con sabor a tu trabajo, vi en tus ojos tu espera, en el tiempo tuyo ahí para mí, sin prisas, porque tu tiempo es mío.
Por fin veía las respuestas, tú me deseabas también, pero no tenías prisa, el tiempo no corría para ti, porque estaba yo aquí. Yo era tu juventud, yo te daba el tiempo de poder estar ahí fuera, sabiendo siempre que estaría aquí, con mis eternos deseos, esperándote con mi eterna juventud, nunca me pedías prisas, porque no existía el tiempo.
Gracias brisa, viento, mar, por ser parte de mí.