DIANA RESIGNADA
A la hora que el sol se despide
y las estrellas llegan a saludar a la luna
las palabras mudas de su boca
las leí en sus ojos muertos de amor.
Mal presagio trajo el silencio
disfrazado de sonrisas
un adiós inconmensurable
se ocultaba.
Tras la puerta de la tristeza
se esconde el llanto en latidos agitados,
esperando dardos asesinos
cual diana resignada,
no moví ni un musculo.
Las paredes absortas transpiran
sangre putrefacta
la pestilencia enrarecen el aire.
Congojas desarman mis carnes
suplico por una esperanza
pero indolentes sus ojos
vomitan el rechazo sobre mi boca.
Entonces el espíritu del desconsuelo
envolviéndome el corazón
con mortaja salina
me entrego al eterno sarcófago
del adiós...
(Del amor y otros afanes)
Autora: Fe Consuelo Martines Conde
Derechos Reservados
Chile