Desde la luz de un rayo
en torbellinos de vientos tormentosos.
De la apacible quietud de los vacíos,
hasta el perpetuo "tic-tac"
de un corazón, en sus latidos.
Del primer lumínico resplandor
que besa el alba,
hasta la oscuridad lunar
que apaga el día.
Desde los nudos
del oscuro misterio de la noche,
que enlaza los crepúsculos
con los amaneceres.
Desde el ángulo abyecto del misterio,
a la revelante pupila de un encuentro.
Desde tus ojos a mis ojos,
la palabra, que en mudez de sentimiento
proyectamos.
Desde tu alma a mi alma.
En el secreto del sentimiento espiritual
que se materializa y proyecta oculto
en una lágrima.
En un adiós,
sin abrazos y sin besos,
suspendido en eternales tiempos.
En una mano que abierta prodigara
la libertad de otra en cautiverio.
Desde la vida a la muerte,
desbaratando de la noche sus nudos
de crepúsculos y amaneceres.
En la oscura y última lágrima de la luna.
Al despertar en una nueva claridad de eternidades:
Te aguardo y Amo.
Poema de Audroc