Me he hecho lo suficientemente mayor como para saber, que hay guerras que se ganan abandonándolas, e infinitos que duran lo que dura un otoño. Tengo los años suficientes, como para saber, que siempre seré una niña cuando algo me ilusione, me atrape, y me llene de pasión. Ya ves, todavía me enamoro con la fuerza arrolladora de un huracán con un mero cruce de miradas, me muero de la risa en mitad de un ataque de cosquillas y lloro en un chocolate entre amigas cuando la causa lo merece. Me he hecho mayor para administrar mi tiempo, de manera tal que dedico el doble de horas a mis proyectos que a mis recuerdos. Es cierto, soy tan mayor que me equivoco mucho, incluso más a menudo que antes, pero ahora sé rectificar, pedir disculpas, y lo que es más importante, perdonarme. Y es que me he hecho mayor... mayor como para saber querer a los míos sobre todas las cosas, y sobre todo, para aprender a quererme a mí misma, en todos los tiempos.