Un dolor embarga mi cuerpo respiro con dificultad pues mi fuerza me abandona por segundos con dificultad una llamada por ayuda.
Pena siento de mi pues humillado esto mas el dolor físico pronto ha de pasar más no el dolor que mi alma lleva pues me pienso menos que un ser humano.
Solo vi su rostro inmutable ninguna palabra comentario o pregunta lo que desgarró mi dignidad ya que mi espíritu busca darme la fuerza para remontar y continuar mi caminar.
Ayuda de samaritanos que llegaron y se dignaron a prestar su ayuda, pues aquel que con orgullo cruzó por muchas sendas hoy presa del dolor, de preguntas sin contestar.
La mañana otro día traerá el dolor ha de pasar, las heridas se curan en el cuerpo, el espíritu necesita de respuestas claras.
El Creador nos protege cuando caemos y fuerza nos da. Por Prof. Luis Horacio de Jesús Cerdas Mora. Derechos reservados de autor.