ASÍ ES LA VIDA
Gasté la última onza de alegría
escudriñando los rincones a mi paso.
Fueron muchos los desatinos,
muchos más los desencantos.
Cada gota de sudor sobre el rostro
me acercaba a la ruta decidida.
Hubo hermosura recogida con dulzura,
magnolias y azaleas adornado la cabeza,
aquel primer beso de amor
palpitando aún sobre mis labios.
Fui cuajando al desamor latente.
Fui trazando el destino deseado,
caminando sobre mis propias huellas,
muchas veces caminando.
Aún me sangran los pies adoloridos,
satisfecha de mi canción prohibida,
de mi mantilla bordada de ilusiones,
castañuelas escondidas en el pecho,
colección de versos en la almohada,
ojos grandes con brillos trasnochados,
con sobradas dilemas en las manos
sobornando al destino a cada paso.
Total, así es la vida.
Carmen Amaralis Vega Olivencia