NO NOS CONSTA...
Maruja cuenta como el corona-trump casi acaba con la comadre Tola
Hoy el desayuno fue consomé de menudencias pa que Tola recupere los alientos
después de salvase de las garras del maldingo coraviros ese, que casi se la lambe.
¿Es cierto tía que estuvo en las últimas? —preguntó el fiscal Pacho Barbosa,
que vino de visita y dentró por el sótano pa evitar surpicacias de su amistá con el presidente Duque.
Total —dijo Tola—, práticamente me morí y resucité.
Sentí que me estaba yendo porque empezó a pasar la película de mi vida,
que no era tanto película sino una serie más larga que Matarife.
Ole, verdá, ¿qué es eso de Matarife? —preguntó Ivancito.
Es un dolcumental que acusa a Uribe —dijo Tola—, pero sin pruebas:
no muestran ni una mera foto de Álvaro matando una res.
Esa serie son puras perogrulladas —dijo Barbosa—.
Si no estuviera tan ocupado empantanando a Petro
les abriría investigación penal a esos langarutos, pa que aprendan.
Ole Pacho, —le pregunté al fiscal—, ¿cuál es el bololoy con el Ñeñe y Petro?
Muy grave, tía: el Ñeñe dijo que los mineros guajiros se le fueron con toda pa que ganara el ojibrotao.
¿“Se le fueron con toda” qué quiere decir, Pacho?
Pues tía, sospechamos que los letreros de ¡Viva Petro!
escritos en los muros fueron pintados con carbón regalado por los mineros.
¿Y eso es delito? —preguntó Tola.
Delito delito no tanto, tía, pero nos da chance de meter las dos campañas
en el mismo costal y declarar un empate y todos japis de la lai.
Ole Pacho, ¿y por qué seguís ranchao en que no tenés ninguna cercanía con el presidente,
si todos sabemos que son uña y mugre?
Tía, yo no me refería al presidente, sino al verdadero presidente.
Ai sí me callates la boca hombre Pacho, vos te las cogés en el aire.
¿Entonces no te vas a declarar impedido en la ñeñepolítica?
Upa, sumercé sí resultó más general que Néstor Humberto.
Hablando de general, tía —dijo Ivancito—, me llamó el general Zapateiro
a contarme que tiene una idea muy bacana pa hacer compost con las manzanas podridas del Ejército.
Tía Tola, cuente pues a ver cómo fue que se contagió del virus —dijo el fiscal—.
No me diga que estuvo en una orgía clandestina, je je...
Ajualá —dijo Tola—. Pero que cuente Maruja que tiene más gracia.
Todo empezó el domingo pasao, que Tola salió a la Plaza de Armas a calentase los calambombos
y uno de los berriondos cadetes del Batallón Guardia Presidencial le mató el ojo.
Tola creyó que estaba quebrando con el cadete y también le peló el diente,
entonces el vergajo muchacho se le arrimó y le entregó un clavel y le besó la mano y se perdió.
Con eso tuvo la pobre Tola: se le prendió el hijuemama viros.
Esa misma noche estaba ardida en fiebre y empezó a delirar:
decía que Francisco Barbosa está haciendo la mejor Fiscalía de la historia.
Viéndola tan mal la llevamos a urgencias,
pero allá nos dijeron que solamente estaban recibiendo pacientes
que ya se hubieran despedido de la familia.
Entonces nos devolvimos.
Mientras Tola tosía yo busqué en la cocina el desinfetante que recomienda Donal Tron
y le di tres cucharadas, pero siguió tosiendo y le salían bombitas de espuma por boca y nariz.
Menos mal llegó Uribe y nos tranquilizó:
Hijitas, todos los del Centro Democrático se deben contagiar pa que logremos la impunidá de rebaño...
eh, digo inmunidá.
Ñapa: Llegaron tropas gringas,
¿se estará reativando el turismo?
Pipoll