Nadie se fuga tras lo que aparenta
de haber tomado malas decisiones
de otras razones que sin darnos cuenta
rompieron otros buenos corazones.
Por ignorancias, por andar ligero
otros caminos, otros inexactos
rumbos de un hecho, de un error que entero
martilla cada noche nuestros actos.
Por lo que hicimos, por lo que negamos
por lo que hirió, lo que causó algún llanto
lo que arrastró a un dolor, lo que agraviamos
lo que apuró a otro ser a un desencanto.
Cuando olvidamos dar una sonrisa
y no supimos ver tras la mirada
cuando rompimos por andar con prisa
una esperanza que acabó en la nada.
Nadie se fuga de sentir la pena
detrás de un paso que fue solo un yerro
por una causa que al final condena
y muerde la conciencia como un perro.
Ernesto Cárdenas…