Estabas…
Descansando, con la luna tapado,
sobre sábana de satín y magia…
cerrando los ojos, esperabas
en completa laxitud… una fiesta!
Mis ojos se posaron en tu piel,
temerosa que se escape el encanto
casi sin respirar me acerqué
y recorrí… acaricié con la mirada
la tibieza palpitante de tu ser,
las tenues cortinas, celosas se agitaron.
Estabas…
Ni la más leve brisa te rosaba,
sólo mis ojos que buscaban tus labios,
Iban escapando del deseo
mirando de cerca… cada vez más…
rumbo al sur, hacia los montes,
y volviendo por los valles
hasta posarse completa
sobre aquel sueño tibio… mío…
hasta darse un beso nuestros pechos…
Cuando mis labios te buscaron,
ya estabas alerta, y respondiste!
La brisa, tímida asistente,
se escondió entre los visillos,
y la calma se hizo amor…!
Fue tu mayor despliegue,
fue mi mejor entrega…
Ninfa Duarte