Mientras el verso camina
los renglones del papel
una mosca en el mantel
observa lo que me obstina
lo que grita, se amotina
en mi instinto, mis abrojos
en mis rabias, mis despojos
por lo que no pudo ser
y rompió el amanecer
soñado de mis antojos.
Como un pequeño testigo
no sé si con forma hosca
con su presencia la mosca
me dice que está conmigo
que algo al escribir litigo
por todo lo que conmueve
por este sonido breve
que parece un recital
de música en el cristal
en esta tarde que llueve.
Que dibuja entre la rima
lo que late, lo que inspira
aquello que interno gira
sin cesar y que lastima
que abruma, que desanima
en su tenaz protocolo
por este afán que enarbolo
y este dolor que me embosca
se fue… ya no está la mosca
vuelvo de nuevo a estar solo.
Ernesto Cárdenas.