MISERICORDIA
¿Cómo me uno a tu fuerte dolor,
si el dolor duele y soy cobarde?
¿Cómo me encargo de tus llagas,
cuando me consumo limpiando las mías?
La conciencia del amor habita en mí.
Pero pesa tanto cargar con tu carga y la mía.
Cargo con remolinos de angustias propias,
añadir las tuyas cuesta mucho.
Necesito la fortaleza que proviene de la luz,
recargar de bondades mi cofre,
rebuscar las intenciones perfectas,
encontrarlas en las profundidades del alma,
y recordar tu rostro suplicante.
En cualquier esquina detenerme,
humedecer mi piel con tus lágrimas,
vencer el asco a la pobreza que te arropa,
y sentir la grandeza de tu Dios,
que no se parece al mío.
Debo limpiar las nubes de mis ojos,
Y que brote en mí la misericordia,
Misericordia que se esconde muy profundo
entre los oropeles que no merezco
si no aprendo a compartir el brillo
en tus tinieblas.
Carmen Amaralis Vega Olivencia