Con las manos metidas en mis bolsillos
Caminando cuesta arriba por uno de esos caminos
Que ha marcado mi destino,
El viento que me envuelve en el gélido de su abrazo
Despeina mi de por si cabello revuelto
Y me estremezco no se si por frío
O por las ansias de verte.
No sé si sea casualidad
O también la tarde está en favor tuyo
Todo se torna en un gris sortilegio
Y un halo de MISTERIO se siente en el ambiente,
La NIEBLA que se mueve a capricho de la brisa
Y mece las copas de los árboles y sus ramas,
Que se revuelven quizás protegiéndote de unos débiles rayos de sol.
Sentada donde estas en la banca bajo el farol
Que enciende parpadeante su luz vespertina
Tu intuición te hace voltear y ves que camino hacia ti,
Te emocionas igual que yo al ponerte de pie
Avanzas en mi encuentro…
¡Y nos abrazamos felices y contentos!
El abrazo TREMULANTE, ¡Vibrante!
Y con ello el deseo de caricias profanas
Y los besos arrancados con pasión de dos enamorados
Que esperaban este momento de entrega del alma,
Y entre HÁLITOS profundos y ansiosos
Las palabras de amor fueron dichas al oído
Y el corazón palpitando…
En esa bella EFUSIÓN de sentimientos benévolos, divinos
Que no se fijan en el amor eterno
Si no que hacemos eterno ese momento de amor…
En el parque de la ilusión y la felicidad
Donde sellamos nuestra unión
Y las almas que se encontraron en el tiempo justo de Dios.
Marco T. Valdez.