No me digan que el tiempo amansa todo
con su real manera de hacer trizas
aquello ya ubicado en el periodo
de ayer y hoy solo muestra las cenizas.
Ni digan que se agota lo que adentro
tuvo una vez su brillo y sus pasiones
y que perdió la ruta para el centro
exacto de otras nuevas ilusiones.
Yo soy testigo de ese error que burdo
aún piensa que se opaca la alborada
que tras los años ya resulta absurdo
descubrir mariposas en la almohada.
Yo soy testigo que el amor prosigue
más allá del cansancio y de las canas
de lo que vibra y sin morir consigue
tañer en cada sueño sus campanas
Sentir que hay una fe que nos convence
a desechar del tedio los impactos
saber sin titubear que nunca vence
el frío si hay valor en nuestros actos
Porque hay razones, hay un colorido
de anhelos que en el nervio se delata
y hay que tener calor y haber vivido
para romper la noche que nos ata.
No me digan que el tiempo petrifica
las ansias de volver a amar un día
ni digan que la edad me crucifica
cuando hay luz en el alma todavía.
Ernesto Cárdenas.