La mente es probablemente la parte menos comprendida del ser humano,
tan poco conocida que le ha sido muy difícil a la gente entender qué es,
cómo funciona y sobre todo, cómo controlarla.
Es sólo cuando comprendemos cómo funciona algo
que podemos tenerlo bajo nuestro control y dominarlo.
La mente no es algo material que podamos ver, tocar o medir con instrumentos científicos.
La mente es algo invisible, pero aún así, sus efectos se pueden ver en nuestra cara,
nuestras palabras o nuestro comportamiento.
Si, por ejemplo, nuestros pensamientos son de tristeza
aunque intentemos evitar esa tristeza con una sonrisa artificial,
tarde o temprano se hará visible a través de los ojos de las palabras.
La mente es como el viento, invisible, no podemos verlo pero podemos ver sus efectos.
Es como los cimientos de una casa, no podemos verlos
pero son los responsables de la estabilidad del edificio.
O es como las raíces de un árbol, están bajo tierra y no las podemos ver,
pero aún así le dan al árbol la fuerza para soportar las tormentas.