El ejemplo de orden está por todas partes, desde la alineación de los planetas y estrellas hasta los patrones de la naturaleza. Está en la complejidad de los átomos y en los sistemas internos que trabajan en conjunto para hacer que mi cuerpo funcione y esté sano.
Al enfocar mi atención en el orden, tomo conciencia de la belleza y complejidad del mundo a mi alrededor y en mi interior. Me maravilla la forma cómo el orden divino ha ayudado a desarrollar mi vida. Recuerdo las veces que no sabía cómo se resolvería una situación. Ahora puedo ver cómo el orden divino obró y cómo mi bien superior se manifestó. Confío en que el orden divino trabaja en mi vida y en todo lo que existe.